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Etiqueta: Estrategia corporativa

  • Ventajas y desventajas de la estrategia de integración vertical en la empresa

    La estrategia corporativa de integración vertical se produce cuando una empresa pasa a encargarse de actividades que hasta ese momento había delegado a proveedores o distribuidores. Para ello, puede crear nuevas empresas subsidiarias o adquirir las acciones de otras ya existentes.

    Esta estrategia de integración puede hacerse hacia atrás, por ejemplo cuando una empresa pasa a autoabastecerse de las materias primas que utiliza, o hacia delante, cuando pasa a controlar las cadenas de transporte, distribución y venta.

    Por último, la integración vertical compensada se produce cuando se realizan simultáneamente los otros dos tipos de integración. Es decir, la compañía establece empresas subsidiarias que producen y distribuyen los productos.

    9 motivos para emprender una estrategia de integración vertical

    1. Lograr economías de escala y ganar rentabilidad. Reducir los costes de adquisición de los productos o materias primas en bruto al eliminar los márgenes que hasta ahora quedan en manos de terceros.
    2. Asegurar el suministro sin interrupciones. 
    3. Homogeneizar la calidad y características de las materias primas en el tiempo, de manera que se pueda mantener una ventaja competitiva y una oferta diferenciada.
    4. Ganar capacidad de negociación ante clientes y proveedores.
    5. Reducir la dependencia de terceros y mejorar la planificación de los procesos, la eficiencia y la productividad.
    6. Crear sinergias gracias al uso compartido de recursos humanos y materiales.
    7. Reducir la logística.
    8. La información es poder, y tener un conocimiento amplio del sector da una ventaja competitiva frente a la competencia especializada en una fase concreta del mercado.
    9. Ejercer un mayor control sobre el precio final de venta. Normalmente, cuando una empresa controla todas o la mayoría de las fases en la cadena de fabricación y comercialización de un producto, su margen de ganancia crece.

    Los inconvenientes de la integración vertical

    También existen voces que alertan de que la actividad empresarial tiende a ser cada vez más especializada. 

    Esto es así porque el riesgo global que afronta la empresa que emprende una integración vertical es mucho mayor al que tendría si solo trabajara en una fase del ciclo del producto. Además, con la integración de las distintas fases del proceso llega también una mayor falta de flexibilidad y una mayor exposición a las fluctuaciones. La capacidad de innovación se ve resentida, y este puede ser un inconveniente fatal en sectores en un entorno en el que el cambio es una constante. 

    Tampoco todo son buenas noticias a nivel de costes. La complejidad organizativa genera sobrecostes burocráticos, y en ciertos momentos puede darse el caso de que la filial trabaje con costes de producción superiores a los de proveedores externos. De esta manera, lo que en principio es una ventaja puede acabar transformándose en un inconveniente.

    Por último, es evidente que afrontar una integración vertical es una estrategia muy costosa y no todas las empresas pueden abordarla sin ponerse en riesgo.

    Sectores propicios para la integración virtual

    Como hemos visto, la integración vertical no es siempre una buena idea, y puede suponer incluso un riesgo importante para las PYMES. 

    En los últimos años está siendo la industria agroalimentaria la que está protagonizando grandes adquisiciones de tipo vertical con el objetivo de integrar toda la cadena de distribución. Desde las pequeñas cooperativas agrícolas hasta grandes cadenas de supermercados como Mercadona, que controla en gran medida los productos, precios y envasados que comercializa. 

    También Apple es un ejemplo exitoso de integración vertical. La empresa californiana controla todo el proceso de creación, fabricación y comercialización de sus productos, desde su diseño hasta la venta final en la Apple Store. 

  • Estrategia corporativa: cuáles son las más comunes

    Una empresa sin planificación es un proyecto sin rumbo. Tanto para una pyme como para una gran empresa, la estrategia corporativa debe ser la guía de todas las decisiones del día a día. Porque es la que establece los objetivos y la manera de conseguirlos. 

    Para maximizar el valor de la empresa o grupo, puede tomar la forma de inversiones en diversificación, integración vertical, adquisiciones, desinversiones, reorganización de divisiones… Para ello, la estrategia corporativa tiene en cuenta todas las industrias en las que compite la compañía y abarca todas sus unidades de negocio.

    Por lo tanto, la estrategia corporativa no es solo para grandes firmas que abarquen varias industrias o gran parte del mercado. También es un requisito ineludible para aquellos negocios que quieren comenzar a competir en nuevos mercados. Poco importa el tamaño y el número de empleados. 

    La estrategia corporativa marca el alcance de la actividad de la empresa, su ámbito de actuación. Esta perspectiva permite enfocar el esfuerzo y las acciones concretas para el crecimiento y la expansión de la marca.

    Porque no hay que olvidar que lo que hoy es un ventaja competitiva, será mañana un simple requisito básico para poder mantenerse dentro del mercado.

    Preguntas básicas de la estrategia corporativa

    La estrategia corporativa debe primeramente responder a dos preguntas básicas: 

    • ¿Cuál es el mercado? Puede ser mantenerse en el mismo mercado, expandirse a nuevas regiones, retirarse de algún país…
    • ¿Qué queremos ganar? Cuál es la principal meta de la empresa.

    A partir de estas dos cuestiones iniciales, la estrategia corporativa debe desarrollar la manera como alcanzar estos objetivos. Para ello, habrá que dar respuesta a toda una serie de preguntas secundarias: ¿qué capacidades debemos tener para cumplir los objetivos? ¿qué ventaja competitiva vamos a desarrollar?, ¿cómo podemos diversificar los productos o servicios?, ¿qué nos diferencia de los demás?, ¿qué están haciendo otros que nosotros no?, ¿cuáles son los riesgos a los que nos enfrentamos?

    En última instancia, una buena estrategia corporativa debe combinar la emulación de las buenas prácticas que detectemos en otras empresas del mercado más el desarrollo de elementos de diferenciación que supongan una ventaja competitiva sobre la competencia.

    Igual de importante es establecer una manera de valorar el rendimiento de la empresa en el avance de su estrategia corporativa. Es decir, aclarar cómo se va a medir el cumplimiento de los distintos objetivos, así com el desarrollo de todos los procedimientos y procesos involucrados.

    Las 3 estrategias corporativas más comunes

    Alianza estratégica

    La unión hace la fuerza. Crear sinergias, unir recursos y encontrar socios con los que generar una relación de win/win es una de las mejores maneras de ampliar mercado, aumentar la visibilidad y llegar a más clientes.

    En la actualidad estas alianzas son cada vez más flexibles e incluso puntuales, lo que las hace especialmente adaptables para todo tipo de empresas. Pueden consistir en intercambios no monetarios de un servicio a cambio de otro, en la compartición de espacios logísticos, en la oferta de un servicio de forma conjunta…

    Integración horizontal o vertical

    • Horizontal: la compra de otra empresa del mismo sector para llegar a un público mayor.
    • Vertical: incorporar una nueva fase del proceso de comercialización dentro de la misma empresa. Por ejemplo: comprar una compañía de distribución que permita evitar los intermediarios y controlar mejor los costes de acceso al mercado. 

    Diversificación

    Es peligroso poner todos los huevos en la misma cesta, motivo por el que las grandes empresas tienden a diversificar sus productos y los mercados en los que actúan. Este es el caso por ejemplo de muchas empresas de telefonía y líneas aéreas, que cuentan con una segunda marca para ofrecer servicios low cost. 

    Esta diversificación es una manera de adelantarse o adaptarse a los cambios del mercado, así como disminuir el riesgo frente a los imprevistos. En su modalidad más extrema, la diversificación puede consistir en la apertura de nuevos mercados sin ninguna relación con aquellos en los que la compañía opera en la actualidad.

    Podemos por último concluir que contar con una estrategia corporativa adecuada es de vital importancia en cualquier negocio. De su planteamiento y ejecución dependen en gran medida la trayectoria y el crecimiento de la empresa.

  • Estrategia de internacionalización empresarial: ¿cuáles son los riesgos legales?

    La globalización ha impuesto a las empresas de todo el mundo la necesidad de operar en mercados extranjeros. Más que una opción, a día de hoy es una fase más de su desarrollo.

    No existe una única estrategia de internacionalización para las empresas. Depende mucho de cada una, de cada sector y de cada país. En este artículo vamos a detallar los riesgos jurídicos más relevantes.

    Aspectos jurídicos clave en una estrategia de internacionalización

    Aspectos financieros y legales: riesgo-país

    La estabilidad política del estado al que queremos exportar los capitales determina en gran medida los riesgos y costes de la estrategia diseñada por la empresa. Es esencial dilucidar si la jurisdicción de destino cuenta con un Tratado Bilateral de Protección Recíproca de Inversiones suscrito con el país desde el que se invierte. Este tipo de tratados aseguran al inversor un tratamiento no discriminatorio respecto de las empresas locales.

    En el campo financiero hay que estudiar el mercado de divisas local, las reglas sobre su convertibilidad, su aceptación en los mercados internacionales y los costes asociados.

    Aspectos mercantiles: ¿sucursal, filial, joint-venture?

    En el inicio de la estrategia de internacionalización hay que elegir la forma jurídica contractual más adecuada para el proyecto dentro de las posibilidades que ofrece la ley local. Es importante estudiar cada opción con asesoramiento legal experto, puesto que es peligroso asumir que la legislación de cada una de estas figuras será igual que en el país de origen. 

    Algunas de las opciones más habituales son: el contrato de distribución, la joint venture con uno o varios socios locales, o un contrato de sociedad que da lugar al nacimiento de una nueva persona jurídica en forma de filial. En este último caso, es la filial la que responderá de sus propias deudas y responsabilidades sociales, sin comprometer patrimonialmente a la sociedad matriz.

    Por el contrario, la sucursal no está sujeta a derechos y obligaciones, sino que es una mera rama de la casa matriz. Por lo tanto, en sus operaciones comprometerá al capital de dicha matriz de manera ilimitada. La ventaja de la sucursal es que frecuentemente la exigencia de capital mínimo a desembolsar para su constitución es menor al exigido en el caso de la filial. 

    En el caso de las joint ventures, cada vez más se populariza la costumbre de ubicarlas en una jurisdicción neutral, distinta de las de los países de origen de los socios.

    Aspectos tributarios: el riesgo de la doble imposición

    La cuestión impositiva determina en gran medida la viabilidad de un proyecto de internacionalización. Frecuentemente las normas tributarias condicionan y determinan la fórmula jurídica más adecuada para conducir el negocio. Una vez más resulta imprescindible el consejo de un asesor fiscal experto.

    Es un gran pro contar con la tutela jurídica de los denominados convenios para evitar la doble imposición internacional, tratados internacionales de carácter bilateral que mitigan o eliminan la doble imposición en relación con los principales rendimientos derivados de la inversión empresarial. Además, reducen determinados impuestos en la fuente exigidos por el país de destino de la inversión.

    Aspectos regulatorios o administrativos

    Dependiendo del sector de actividad será necesario obtener y presentar ciertos permisos o registros administrativos. En este sentido, los sectores con tarifas reguladas por el legislador suelen ser los más estrictos.

    También los contratos con la administración, como las adjudicación de obras públicas, suelen precisar de pasos técnico-jurídicos obligatorios. Como el acceso a un registro de contratistas estatales, la acreditación de cumplimiento de obligaciones legales… En algunos casos la Administración puede exigir incluso una forma jurídica concreta, por ejemplo, la de filial o un capital suscrito mínimo, o un aval de la casa matriz que garantice las operaciones en el país.

    Aspectos laborales

    La regulación laboral del país de destino puede introducir severos costes no previstos que comprometan la viabilidad del proyecto. Por ejemplo, existen países que obligan al empresario a dar una determinada participación mínima en los beneficios a los empleados.

  • Plan de continuidad de negocio (BCP): qué es y para qué sirve

    2020 nos ha enseñado muchas cosas a nivel empresarial. Una de ellas es la importancia de contar con un Plan B que garantice la continuidad del negocio ante cualquier situación, interna o externa, que impida su funcionamiento normal. El objetivo es evitar que cualquier incidente provoque pérdidas financieras, de reputación e incluso de clientes. Eso es exactamente lo que es el Plan de Continuidad de Negocio (BCP por sus siglas en inglés).

    Qué es un plan de continuidad del negocio 

    Un plan de continuidad de negocio es una herramienta que determina:

    • Cómo puede la empresa continuar con sus procesos a pesar de sufrir un imprevisto.
    • Cómo puede la empresa reducir el impacto de cualquier incidente. 

    Ventajas del plan de continuidad de negocio

    Los principales beneficios que obtiene una empresa al implementar un plan de continuidad de negocio son:

    • Identificar los riesgos, amenazas y puntos vulnerables.
    • Traza un plan de ruta que garantiza la continuidad de los procesos empresariales ante una incidencia.
    • Agiliza la toma de decisiones en cada situación, y permite conocer de antemano el tiempo que se tarda en volver a la normalidad.
    • Prioriza la protección de los activos más valiosos.
    • Se minimizan las pérdidas e impactos negativos para el negocio.
    • Otorga una ventaja competitiva, al poder recuperarse antes que la competencia que no disponga de un BCP.
    • Proporciona una mayor resiliencia ante las adversidades.

    Cuáles son los contenidos del plan de continuidad de negocio

    Para poder establecer procedimientos operativos alternativos, la base de cualquier plan de continuidad de negocio tiene que ser contar con un conocimiento a fondo de la compañía: el mercado, sus clientes, la competencia, los proveedores, etc. Es esencial por ejemplo identifica a los proveedores y clientes críticos.

    En cuanto a los procesos, el BCP estudia las interacciones, dependencias, entradas y salidas, fallos comunes, sistemas, repositorios… 

    También analiza exhaustivamente la organización en sí misma: qué roles, personas y funciones son imprescindibles. A partir de aquí se puede por ejemplo reasignar responsabilidades y roles en caso de incidencia.

    A partir de todo este análisis podremos responder a preguntas como: ¿cuál es el nivel mínimo aceptable de funcionamiento de la empresa?, ¿cuánto tiempo podemos tardar como máximo en recuperar los servicios esenciales? Haber realizado estas reflexiones previamente es fundamental para que la toma de decisiones sea ágil en caso de emergencia.

    Para ello habrá que priorizar. La creación o actualización del plan de continuidad de negocio corre el riesgo de sufrir parálisis por análisis, así que habrá que atacar primero aquellos escenarios que permitan reducir el mayor riesgo con el menor esfuerzo. 

    En todo el proceso de creación del BCP es muy importante involucrar al talento de la compañía, que es quien mejor conoce la operativa y ofrece los mejores inputs. Así se fomenta además una filosofía empresarial de continua adaptación al cambio e innovación. 

    Un plan en evolución continua

    El BCP no puede ser un documento estático, sino que deberá evolucionar de manera constante, al mismo ritmo que lo hace la propia empresa en su operación habitual. Un plan de continuidad de negocio obsoleto es inútil. La gestión de la continuidad del negocio es un proceso que no acaba nunca y que debe estar integrado en el gobierno de la organización.

    Una de las maneras de lograrlo es la ejecución de simulacros que permitan no solo ensayar el plan sino también detectar posibles errores y desactualizaciones y mejorarlo continuamente. 

    Un plan de continuidad de negocio nunca está realmente terminado. 

    Si estás pensando en implantar un BCP en tu empresa, en Confianz somos especialistas en la consultoría corporativa y la creación del plan de continuidad de negocio. No dudes en ponerte en contacto con nosotros.

  • ¿En qué consiste una reestructuración societaria?

    La reestructuración societaria es un proceso de cambio en el que una empresa se transforma y adapta a un nuevo modelo empresarial. Vamos a estudiarla por partes.

    Tipos de reestructuración societaria

    La reestructuración puede ser de distintos tipos. Estos son los principales:

    • Fusión de empresas. Sucede cuando dos o más sociedades mercantiles se integran en una única sociedad mediante la transmisión en bloque de sus patrimonios. A los socios de las sociedades que se extinguen se atribuyen las acciones, las participaciones o las cuotas de la sociedad resultante, que puede ser de nueva creación o una de las sociedades que se fusionan.
    • Escisión. Puede ser de tres tipos:
      • Escisión total: consiste en la extinción de una sociedad, con división de todo su patrimonio en dos o más partes. 
      • Escisión parcial: consiste en el traspaso en bloque por sucesión universal de una o varias partes del patrimonio de la sociedad cada una de las cuales forme una unidad económica, a una o varias sociedades de nueva creación o ya existentes, recibiendo los socios de la sociedad que se escinde un número de acciones, participaciones o cuotas sociales de las sociedades beneficiarias de la escisión proporcional a su respectiva participación en la sociedad que se escinde y reduciendo ésta el capital social en la cuantía necesaria. 
      • Segregación: es el traspaso en bloque por sucesión universal de una o varias partes del patrimonio de una sociedad, cada una de las cuales forma una unidad económica, a una o varias sociedades. La sociedad segregada recibe a cambio acciones, participaciones o cuotas de las sociedades beneficiarias.
    • Cesión global de activo y pasivo. Es la transmisión en bloque de todo el patrimonio de una sociedad inscrita, por sucesión universal. Podrá realizarse a uno o varios socios o terceros, a cambio de una contraprestación que no podrá consistir en acciones, participaciones o cuotas de socio del cesionario.

    Motivos para emprender una reestructuración empresarial

    Las reestructuraciones societarias son útiles en diversas situaciones:

    • Ante un periodo de crisis, la fusión de sociedades puede permitir una importante reducción de gastos de operación y producción. así como una mayor rentabilidad en cuanto que los instrumentos de gestión son administrados bajo una gestión única o se encuentran situados en un mismo espacio.
    • En grupos empresariales, la reestructuración empresarial puede ser una manera de proteger el patrimonio de todas las sociedades del grupo y evitar responsabilidades que afecten de forma directa a las empresas o al patrimonio personal de sus socios.
    • Planificar el impuesto sobre sucesiones y donaciones, facilitando la sucesión empresarial.
    • Diversificar los riesgos.
    • Ahorrar los costes administrativos, de operación y/o producción. Por ejemplo con una optimización en la gestión de los recursos humanos.
    • En la fusión de empresas, la sociedad absorbente adquiere mayor solidez y por lo tanto disfruta de mayor crédito a nivel comercial.
    • Optimización fiscal.

    Cómo realizar una reestructuración societaria

    1. Primero es importante llevar a cabo un estudio de la empresa o empresas. Analizar su estructura e idoneidad en función de sus planes de futuro.
    1. Identificar el objetivo general y particular de la reestructuración societaria que se quiere a llevar a cabo.
    1. Realizar un estudio de todas las alternativas. Valorar las distintas opciones de reestructuración existentes y estudiar si existe la posibilidad de aplicar el régimen fiscal especial de las operaciones de reestructuración para favorecer su tributación.
    1. Analizar los efectos legales que implica una reestructuración societaria, así como las obligaciones y derechos de todos los socios.

    En Confianz asistimos a nuestros clientes en sus operaciones de reestructuración empresarial para alcanzar sus objetivos, obtener beneficios y ahorrar costes.

  • Pacto de socios o pacto parasocial, más allá de los estatutos

    Un pacto de socios o pacto parasocial, también denominado reservado o extra-estatutario, es un contrato entre socios que recoge los compromisos a los que quieren someter su relación, más allá de lo previsto en los estatutos sociales. 

    El pacto parasocial permite tener una guía de criterios en la regulación de los derechos y obligaciones de los socios en diferentes ámbitos. Su contenido puede ser muy amplio y debe adaptarse a las necesidades particulares de cada sociedad.

    Con él se ponen por escrito acuerdos importantes para el funcionamiento futuro tanto de la empresa como de las relaciones entre socios. De esta manera se evitan futuras controversias judiciales.

    En qué se diferencian el pacto de socios y los estatutos

    Los estatutos sociales de una compañía son las normas y principios generales por los que se rige la relación de los socios con ella. Estas reglas son públicas, porque cualquiera puede consultarlas en el registro mercantil, y tienen eficacia frente a terceros. 

    En cambio, el pacto parasocial permite que los miembros de una sociedad puedan adoptar acuerdos no públicos que les obliguen sólo a ellos, con carácter vinculante y plenamente exigible.

    Qué aspectos regula el pacto de socios

    El pacto parasocial tiene que adaptarse a las necesidades específicas de los socios. Su fundamentación es el principio de la autonomía de la voluntad de los contratos del art. 1255 del Código Civil, que permite a los socios “establecer los pactos, cláusulas y condiciones que tengan por conveniente siempre que no sean contrarios a las leyes, a la moral ni el orden público”. 

    Cada sociedad es diferente según los perfiles de sus socios. Por ejemplo, pueden coexistir socios trabajadores o emprendedores, y socios inversores; lo que pone de manifiesto intereses muy diferentes, que deben ser alineados en el Pacto de Socios. 

    Los acuerdos adoptados en el pacto de socios pueden clasificarse según las cuestiones que regulan en tres grandes grupos: 

    • Los pactos de relación regulan las relaciones directas entre socios y limitan aquellas actuaciones y conductas que puedan afectar al resto de socios. Por ejemplo, los acuerdos de no agresión, las limitaciones o derechos de adquisición preferente de participaciones; la fijación de un compromiso recíproco de compra y venta de las participaciones entre los socios…
    • Los pactos de atribución asignan derechos nuevos y otras ventajas a la sociedad en cuestión, naciendo así dichas garantías de los socios. Por ejemplo, acuerdos de no competencia o para la financiación a la sociedad por sus socios. Establecer prestaciones accesorias de los socios, como la obligación de que alguno de ellos preste servicios a la compañía. O 
    • Los pactos de organización regulan cuestiones relativas a la estructura y funcionamiento de la sociedad. Establecen un marco normativo para los procesos empresariales, votaciones, decisiones para el desarrollo del negocio, etc. Los temas principales son la modificación o disolución de la sociedad, la composición de los órganos de gobierno y administración, y el quórum reforzado. En este aspecto es importante destacar que sí existe obligación de publicidad para aquellos pactos parasociales que regulen el ejercicio del derecho de voto o afecten a la libre transmisibilidad de las acciones.

    Esta práctica extendida en las sociedades queda en su mayoría regulada en el Derecho español por la Ley de Sociedades de Capital y el Código Civil, así como por algunas normas específicas.

    Un contrato con fuerza de ley

    El pacto parasocial equivale a una relación contractual con fuerza de ley. Los pactos de socios no tendrán efectos frente a terceros, pero sí entre los socios y la sociedad firmantes, estando facultado cualquiera de ellos a exigir su efectivo cumplimiento.

    El pacto de socios puede modificarse en cualquier momento, cuando así lo acuerden la totalidad de sus suscribientes. De esta manera puede adaptarse con agilidad a las necesidades existentes en cada momento, de una manera mucho más dinámica que una modificación estatutaria. 

    Nuestro Departamento de Asesoría Mercantil estará encantado de solucionar cualquier duda que tengas al respecto.