Si tu empresa es extranjera y quiere operar en España, la fiscalidad es un tema que no puedes dejar al azar. No se trata solo de pagar impuestos, sino de hacerlo bien, evitando sorpresas desagradables y asegurando que todo esté en regla desde el principio. Una buena planificación fiscal para entidades no residentes en España te ahorrará dolores de cabeza (y dinero).
Lo primero: ¿Qué hará tu empresa en España?
Antes de preocuparte por los impuestos, hay que tener claro qué hará tu empresa aquí. No es lo mismo vender productos, prestar servicios o fabricar algo. Según la actividad, la fiscalidad cambia y las obligaciones también.
Por ejemplo, si vendes productos sin oficina ni empleados, quizá solo necesites un representante fiscal. Pero si tienes una fábrica o una oficina, la cosa se complica y puede que necesites una estructura jurídica más robusta.
Elegir la mejor estructura para evitar problemas
Tu empresa puede operar en España de varias formas. Dependiendo del nivel de presencia que quieras tener, hay tres opciones principales:
1. Representante fiscal: lo básico
Si solo vendes o prestas servicios esporádicamente, puede que solo necesites un representante fiscal. Es alguien que se encarga de que cumplas con las obligaciones fiscales sin necesidad de que abras una sucursal o filial.
2. Sucursal: algo más serio
Si quieres una presencia estable pero sin montar una empresa nueva, una sucursal puede ser la opción. No es una entidad independiente, pero tributa en España por lo que gane aquí.
3. Filial: la opción completa
Si quieres operar a largo plazo y con total independencia, lo mejor es crear una filial. Esto implica abrir una empresa española que tendrá sus propias obligaciones fiscales y contables, pero también más ventajas para operar localmente.
Impuestos que no puedes ignorar
Si operas en España, habrá impuestos. Algunos de los principales son:
1. Impuesto sobre la Renta de No Residentes (IRNR)
Si tu empresa gana dinero en España sin un establecimiento permanente, tributará por cada operación. Si tiene presencia estable, pagará como una empresa residente.
2. Impuesto sobre Sociedades
Si tienes una filial en España, pagará el Impuesto sobre Sociedades (normalmente, un 25%). Dependiendo de la actividad, podría haber reducciones o beneficios fiscales.
3. IVA y otras obligaciones
Si vendes o prestas servicios aquí, es probable que tengas que registrarte a efectos de IVA. A veces, necesitarás un representante fiscal para gestionar todo esto.
Planifica antes de actuar
No basta con venir y empezar a operar. Una buena planificación fiscal te ayudará a evitar sanciones, reducir costos y maximizar beneficios. Algunos puntos clave a revisar:
- Aplicación de convenios para evitar la doble imposición.
- Cumplimiento de normativas locales y europeas.
- Estrategias para optimizar la carga fiscal.
Si deseas conocer mejor sobre planificación fiscal para entidades no residentes en España, nuestro experto en fiscalidad te comparte algunas claves en este video:
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