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Claves para afrontar una reestructuración empresarial con garantías

La moratoria concursal que comenzó con la pandemia en marzo de 2020 finalizará el próximo mes de junio. Muchas compañías van a verse obligadas entonces a emprender una reestructuración empresarial para mantener la viabilidad de su negocio. 

En este artículo vamos a repasar algunas de las claves que permiten a las empresas afrontar una reestructuración empresarial con garantías. 

Más vale prevenir

Una reestructuración implica modificaciones y cambios profundos en la sociedad. Si la empresa es capaz de prever con antelación la aparición de cualquier crisis podrá superarla a tiempo, en unas condiciones más beneficiosas y con una mejor capacidad de adaptación.

Estudiar en profundidad la situación de la compañía

Hay que partir de un análisis profundo de la situación financiera, económica y jurídica de la empresa. Y a ser posible es mejor si se lleva a cabo externamente, porque así será más objetivo.  

Analizaremos todos los procesos uno por uno, desde el punto de vista de intentar generar más con menos, eliminar duplicidades, etc.

El plan de viabilidad

Del resultado de este análisis se concluirá si la empresa es realmente viable o no. En el primer caso, se diseña un plan de viabilidad que deberá establecer las pautas para que la actividad económico-empresarial sea rentable con los recursos disponibles y en qué plazos lograrlo. En el segundo caso, debe procederse a realizar una liquidación ordenada lo más rápidamente posible. 

¿Reestructuración operativa o financiera?

En este punto es importante saber los recursos que se van a utilizar y cómo se van a obtener. A partir de esta información decidiremos si hacemos una reestructuración operativa, modificando el negocio de la firma, y/o una reestructuración financiera que afecte al modo de financiación de la compañía.

– La reestructuración operativa afecta al core business, al modelo de negocio, y puede implicar desde la modificación de los objetivos estratégicos y la misión de la empresa hasta su redimensionamiento. Es especialmente adecuada cuando la crisis está causada por una pérdida de posicionamiento y competitividad, la obsolescencia del producto, los cambios en las tendencias de consumo, una crisis económica global o sectorial.

– La reestructuración financiera puede consistir en la renegociación del pasivo con las entidades financieras y acreedores comerciales, la renegociación de la estructura del mismo, la venta de bienes no esenciales para la actividad o incluso de unidades productivas cuya salida pueda resultar rentable para el resto de la empresa. Este tipo de reestructuración es oportuna en situaciones de falta de liquidez, necesidad de nuevas líneas de financiación, flujos de caja bajos, un excesivo apalancamiento, una crisis económica que dificulte la obtención de financiación externa… Y en la actualidad también las dificultades para devolver los créditos ICO recibidos durante la pandemia. 

Contar con expertos financieros y jurídicos

El nuevo Proyecto de Texto Refundido de la Ley Concursal señala la necesidad de que los equipos de reestructuración incluyan asesores tanto financieros como jurídicos. Porque las medidas de reestructuración han de respetar escrupulosamente el marco legal para alcanzar plena validez y eficacia. Por ejemplo en el análisis de los contratos de la empresa, tanto con los trabajadores como con terceros.

No excederse en los tiempos

Depende mucho de cada caso, pero lo más habitual es que una reestructuración empresarial dure entre seis meses y un año. En este tiempo hay que haber cumplido los procesos diseñados en el plan de acción y haber logrado la estabilidad económica financiera a medio plazo.

Antes de llegar al objetivo final lo normal es que existan hitos intermedios que nos ayudarán a evaluar si la reestructuración está avanzando correctamente.

Contar con el asesoramiento de expertos externos es clave en el éxito de una operación de reestructuración empresarial. En Confianz somos expertos en este área y estamos listos para ayudarte.