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Etiqueta: fiscalidad empresarial

  • Qué es una Gran Empresa a efectos tributarios en 2025

    La Agencia Tributaria marca una línea clara: se considera Gran Empresa a quien supera los 6.010.121,04 euros de volumen de operaciones al año. Este dato no se calcula sobre beneficios ni ingresos netos, sino sobre el total facturado. Y el cambio de estatus no espera: si lo superas este año, el próximo ya serás Gran Empresa.

    Este volumen se calcula sumando todas las entregas de bienes y prestaciones de servicios realizadas, incluso las exentas de IVA. No se incluyen las cuotas del impuesto, ni operaciones ocasionales como la venta de inmuebles o activos. Tampoco se cuentan operaciones financieras ni algunas actividades agrícolas o ganaderas que tributan por regímenes especiales.

    Pasar este umbral cambia mucho. No se trata solo de facturar más. A partir de ahí, Hacienda espera otra forma de actuar. Y no adaptarse puede suponer sanciones, errores en la gestión o incluso problemas de liquidez.

    Qué implica ser una Gran Empresa en términos fiscales

    Una vez que tu empresa es considerada Gran Empresa a efectos tributarios, todo cambia: plazos, formas de declarar, relación con la administración… Es un salto de nivel. Estas son las principales consecuencias:

    • Declaraciones mensuales. Ya no basta con hacerlas trimestralmente. El IVA (modelo 303) y las retenciones (modelos 111 y 115) deben presentarse cada mes.

    • Obligatoriedad del SII. El suministro inmediato de información requiere llevar los libros de IVA electrónicamente, enviando a Hacienda los datos de facturas casi en tiempo real.

    • Notificaciones electrónicas. Toda comunicación oficial se realiza por medios telemáticos. La empresa debe tener certificado digital y estar atenta a los avisos.

    • Pago fraccionado distinto del Impuesto sobre Sociedades. Se aplica el sistema previsto en el artículo 40.3 de la Ley del Impuesto sobre Sociedades, que obliga a calcular los pagos con base en los resultados reales del ejercicio.

    Además, muchas autoliquidaciones deben presentarse exclusivamente de forma electrónica, incluyendo modelos tan diversos como el 200, 232, 349 o el 720, entre otros. La lista es larga y no deja margen de error.

    Gestionar todo esto no solo requiere medios técnicos. Hace falta una organización fiscal sólida, previsión de tesorería y equipos con experiencia. No es extraño que empresas en pleno crecimiento se vean desbordadas tras el cambio de estatus.

    Cómo prepararse para ser Gran Empresa

    La mejor forma de enfrentarse a la condición de Gran Empresa a efectos tributarios es anticiparse. Si tu empresa se acerca al umbral, conviene hacer una revisión fiscal interna. ¿Qué sistemas tienes para controlar facturación? ¿Cómo se lleva la contabilidad? ¿Estás preparado para declarar mensualmente sin errores?

    Un paso esencial es digitalizar los procesos. El uso de software contable adaptado al SII ya no es opcional. También debes asegurarte de que cuentas con un certificado electrónico válido y que el equipo financiero conoce los nuevos plazos.

    Otro punto clave es el flujo de caja. Declarar y pagar mensualmente puede afectar a la liquidez. Ajustar calendarios de cobros y pagos o planificar bien los pagos fraccionados del Impuesto sobre Sociedades es vital para evitar tensiones financieras.

    En Confianz ayudamos a muchas empresas que han dado este salto. Sabemos que el problema no es solo técnico: es organizativo y estratégico. Por eso, no solo cumplimos, sino que te ayudamos a ganar eficiencia, evitar sanciones y mantener el control incluso cuando la presión fiscal se intensifica.

    Pasar a ser Gran Empresa a efectos tributarios es mucho más que un cambio de categoría. Es una transformación completa en la forma de relacionarse con Hacienda. Saber lo que implica, anticiparse y contar con una buena estrategia fiscal es lo que marca la diferencia entre una empresa que se adapta y una que se complica.

    En Confianz no solo conocemos la normativa, también la realidad de las empresas que crecen. Si estás cerca del umbral de Gran Empresa, te ayudamos a dar el salto con seguridad. Hablemos.

  • Impuesto sobre Sociedades 2025 claves estratégicas

    El impuesto sobre sociedades 2025 se ha convertido en el trámite donde se decide la ventaja competitiva de las empresas españolas. Quien domine sus nuevos tipos, deducciones y obligaciones ganará margen, caja y tranquilidad. Sin embargo, la reforma trae matices que no caben en un simple titular. Por eso desgranamos aquí lo esencial, con un enfoque práctico. 

    Nuevos tipos del impuesto sobre sociedades 2025

    El tipo general sigue anclado en el 25 % pero todo lo que queda por debajo ha cambiado.

    Las micropymes con facturación inferior a un millón tributarán al 21 % por los primeros 50.000 € de base imponible. Para el resto aplica un 22 %, dos puntos menos que en 2024.

    Las pymes medianas verán un escalón intermedio con una tarifa del 24 %, mientras que las entidades de reducida dimensión pasan al 20 %.

    Las empresas emergentes y las de nueva creación mantienen el 15 % durante los cuatro primeros ejercicios con beneficios, un respiro clave para la liquidez temprana.

    Por su parte la cuota mínima del 15 % para grupos con ventas superiores a veinte millones sigue vigente. Conviene revisar los ajustes diferidos para no perder deducciones.

    La rebaja para micropymes no se detiene en 2025. El Gobierno prevé descensos anuales hasta situar el primer tramo en el 17 % y el resto en el 20 % en 2027. Por ello adelantar beneficios a este ejercicio puede resultar ventajoso.

    Los grupos fiscales que consolidan deberán calcular su tributación mínima sobre la suma de cuotas individuales. No se aplica sobre el resultado consolidado, lo que puede encarecer el impuesto si hay sociedades en pérdidas.

    Deducciones e incentivos del impuesto de sociedades

    La deducción por I+D+i pesa más que nunca. Ahora abarca la compra de intangibles desarrollados por terceros siempre que el proyecto cuente con informe del Ministerio de Ciencia. El Tribunal Supremo ha confirmado que dicho informe es vinculante para Hacienda y garantiza la deducibilidad.

    Los proyectos verdes reciben otra ayuda. Se mantiene la libertad de amortización para instalaciones de autoconsumo renovable hasta quinientos mil euros. Además se introduce amortización acelerada para vehículos eléctricos y puntos de recarga.

    La reserva de capitalización sube su potencia. La reducción pasa al 20 % del incremento de fondos propios. Llega incluso al 30 % si la plantilla media crece más de un diez por ciento.

    Por último la deducción por donativos escala del 35 % al 40 %. Marcar la Casilla Empresa Solidaria no cuesta nada al contribuyente y multiplica el impacto social.

    La revolución digital también alcanza el impuesto sobre sociedades 2025. Se crea un crédito fiscal del diez por ciento para gastos en software avanzado de análisis de datos y ciberseguridad. Este incentivo es compatible con la deducción por innovación y puede acumularse con la amortización acelerada de hardware.

    La limitación de gastos financieros sigue anclada en el 30 % del EBITDA, pero se suaviza para proyectos de infraestructura verde certificados. En estos casos se admite un umbral adicional de cinco millones que, bien calculado, reduce la base imponible sin alterar la ratio de endeudamiento.

    Obligaciones formales y estrategia

    El impuesto de sociedades 2025 debe presentarse entre el uno y el veinticinco de julio, o el veintidós si domicilias el pago. El Modelo 200 incorpora un bloque de titularidad real que obliga a identificar a las personas físicas que controlan la sociedad.

    Las autoliquidaciones rectificativas simplifican la corrección de errores. Basta presentar un nuevo Modelo 200 y autocalcular intereses sin esperar requerimientos.

    En compensación de bases negativas reaparecen los antiguos escalones. El límite general del 70 % baja al 50 % entre veinte y sesenta millones de ingresos y al 25 % por encima.

    El impuesto sobre sociedades 2025 premia la anticipación. Quién combina inversión inteligente con control del cumplimiento obtiene rebajas reales y reduce riesgos. 

    Recuerda que el impuesto sobre sociedades 2025 interactúa con el impuesto complementario mínimo aprobado por la OCDE y que se liquidará en 2026. Anticipar ajustes contables este año suavizará la doble carga fiscal mundial del Pilar Dos.

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  • Conviene una estructura holding para PYMEs

    ¿Qué es una estructura holding?

    Cada vez más PYMEs están considerando transformar su estructura empresarial en una sociedad holding para aprovechar las numerosas ventajas fiscales y organizativas que ofrece. Un holding es una agrupación de empresas donde una sociedad matriz posee la mayoría o la totalidad de las acciones de otras compañías, con el objetivo de dirigir y gestionar de manera unificada el grupo empresarial.

    Esta estructura no solo es válida para grandes corporaciones, sino que también resulta beneficiosa para pequeñas y medianas empresas que buscan optimizar su gestión y fiscalidad.

    Una estructura holding se compone de una sociedad matriz que controla y administra las participaciones de diversas empresas filiales. La sociedad holding no suele participar directamente en las operaciones diarias de las filiales, sino que se enfoca en la gestión estratégica y financiera del conjunto. Esta configuración permite una centralización de decisiones y una mejor coordinación entre las distintas unidades de negocio.

    Ventajas de una estructura holding 

    Implementar una estructura holding puede ofrecer múltiples beneficios a las PYMEs, entre los que destacan:

    1. Optimización fiscal: Las sociedades holding pueden acogerse al régimen de consolidación fiscal, lo que permite compensar las pérdidas de unas filiales con las ganancias de otras, reduciendo la carga tributaria global del grupo.
    2. Protección del patrimonio: Al separar los activos en diferentes sociedades, se limita el riesgo de que los problemas financieros de una filial afecten al resto del grupo, protegiendo así el patrimonio global.
    3. Eficiencia operativa: La centralización de funciones como recursos humanos, finanzas o marketing en la sociedad holding genera economías de escala y sinergias que mejoran la eficiencia y reducen costos.
    4. Facilidad para la diversificación: Una estructura holding facilita la adquisición o creación de nuevas filiales en distintos sectores o mercados, permitiendo a la empresa diversificar sus actividades y reducir riesgos asociados a un solo negocio.
    5. Simplificación de la sucesión empresarial: En empresas familiares, una sociedad holding facilita la transmisión de la propiedad y el control a las siguientes generaciones, asegurando la continuidad del negocio.
    6. Acceso a financiamiento más favorable: Una estructura holding permite una mejor planificación financiera y facilita la obtención de financiamiento con condiciones más ventajosas al consolidar los resultados del grupo.
    7. Mayor flexibilidad operativa: Si una empresa dentro del grupo tiene dificultades financieras, se pueden tomar decisiones estratégicas más ágiles sin comprometer a todo el conjunto.
    8. Reducción de la carga tributaria en la transmisión de activos: Cuando una empresa holding vende una filial, en muchas jurisdicciones puede beneficiarse de exenciones fiscales sobre las plusvalías obtenidas.
    9. Facilidad para la expansión internacional: Las holdings permiten estructurar la expansión a otros países de manera más eficiente, evitando la doble imposición y adaptándose a las legislaciones locales.

    Desventajas de una estructura holding 

    A pesar de las ventajas, es importante considerar las posibles desventajas de adoptar una estructura holding:

    1. Complejidad administrativa: La gestión de múltiples sociedades implica una mayor carga administrativa y la necesidad de cumplir con diversas obligaciones legales y fiscales.
    2. Costos adicionales: La creación y mantenimiento de una estructura holding conllevan gastos en asesoría legal, contable y fiscal, así como posibles costes de auditoría y presentación de cuentas consolidadas.
    3. Pérdida de identidad corporativa: Al centralizar la gestión, existe el riesgo de que las filiales pierdan su autonomía y cultura empresarial propia, lo que puede afectar la motivación de los empleados y la percepción de los clientes.
    4. Riesgo de monopolio: Si el holding adquiere una posición dominante en el mercado, podría enfrentar problemas legales relacionados con la competencia y regulaciones antimonopolio.
    5. Dificultades en la toma de decisiones: Aunque la centralización de la gestión es una ventaja en muchos aspectos, puede generar conflictos internos cuando las decisiones estratégicas no coinciden con los intereses de cada filial.
    6. Riesgo de doble imposición: Dependiendo del país, la distribución de beneficios entre la sociedad matriz y sus filiales podría estar sujeta a una doble imposición si no se estructura adecuadamente.
    7. Mayor escrutinio fiscal: Las autoridades tributarias suelen prestar especial atención a las estructuras holding, por lo que es crucial contar con una estrategia fiscal bien planificada para evitar sanciones.

    ¿Es recomendable una estructura holding para tu PYME?

    La decisión de adoptar una estructura holding debe basarse en un análisis detallado de las necesidades y objetivos de la empresa. No todas las PYMEs requieren esta transformación, pero aquellas que buscan optimizar su carga fiscal, mejorar su capacidad operativa y proteger su patrimonio pueden beneficiarse significativamente.

    Es fundamental contar con un asesoramiento experto para estructurar adecuadamente el holding, asegurando que se cumplan todas las regulaciones fiscales y se minimicen los riesgos asociados.

    Si estás considerando esta opción, contáctanos y te asesoraremos en cada paso del proceso, como hemos hecho ya con más de 400 empresas en España.

  • Planificación fiscal para entidades no residentes en España

    Si tu empresa es extranjera y quiere operar en España, la fiscalidad es un tema que no puedes dejar al azar. No se trata solo de pagar impuestos, sino de hacerlo bien, evitando sorpresas desagradables y asegurando que todo esté en regla desde el principio. Una buena planificación fiscal para entidades no residentes en España te ahorrará dolores de cabeza (y dinero).

    Lo primero: ¿Qué hará tu empresa en España?

    Antes de preocuparte por los impuestos, hay que tener claro qué hará tu empresa aquí. No es lo mismo vender productos, prestar servicios o fabricar algo. Según la actividad, la fiscalidad cambia y las obligaciones también.

    Por ejemplo, si vendes productos sin oficina ni empleados, quizá solo necesites un representante fiscal. Pero si tienes una fábrica o una oficina, la cosa se complica y puede que necesites una estructura jurídica más robusta.

    Elegir la mejor estructura para evitar problemas

    Tu empresa puede operar en España de varias formas. Dependiendo del nivel de presencia que quieras tener, hay tres opciones principales:

    1. Representante fiscal: lo básico

    Si solo vendes o prestas servicios esporádicamente, puede que solo necesites un representante fiscal. Es alguien que se encarga de que cumplas con las obligaciones fiscales sin necesidad de que abras una sucursal o filial.

    2. Sucursal: algo más serio

    Si quieres una presencia estable pero sin montar una empresa nueva, una sucursal puede ser la opción. No es una entidad independiente, pero tributa en España por lo que gane aquí.

    3. Filial: la opción completa

    Si quieres operar a largo plazo y con total independencia, lo mejor es crear una filial. Esto implica abrir una empresa española que tendrá sus propias obligaciones fiscales y contables, pero también más ventajas para operar localmente.

    Impuestos que no puedes ignorar

    Si operas en España, habrá impuestos. Algunos de los principales son:

    1. Impuesto sobre la Renta de No Residentes (IRNR)

    Si tu empresa gana dinero en España sin un establecimiento permanente, tributará por cada operación. Si tiene presencia estable, pagará como una empresa residente.

    2. Impuesto sobre Sociedades

    Si tienes una filial en España, pagará el Impuesto sobre Sociedades (normalmente, un 25%). Dependiendo de la actividad, podría haber reducciones o beneficios fiscales.

    3. IVA y otras obligaciones

    Si vendes o prestas servicios aquí, es probable que tengas que registrarte a efectos de IVA. A veces, necesitarás un representante fiscal para gestionar todo esto.

    Planifica antes de actuar

    No basta con venir y empezar a operar. Una buena planificación fiscal te ayudará a evitar sanciones, reducir costos y maximizar beneficios. Algunos puntos clave a revisar:

    • Aplicación de convenios para evitar la doble imposición.
    • Cumplimiento de normativas locales y europeas.
    • Estrategias para optimizar la carga fiscal.

    Si deseas conocer mejor sobre planificación fiscal para entidades no residentes en España, nuestro experto en fiscalidad te comparte algunas claves en este video:

    En Confianz, te ayudamos a estructurar tu negocio para que cumplas con la normativa sin complicaciones. ¿Necesitas asesoramiento? Hablemos