Confianz

Qué hemos aprendido en estos dos años de reforma concursal en España

El tiempo pasa, y con él, la evolución del marco legal y práctico en torno a la Ley 16/2022 de reforma concursal. Dos años después de su entrada en vigor, es el momento de hacer equilibrio, pero no con una mirada superficial. La realidad de las reestructuraciones empresariales en España ha cambiado, y este cambio viene acompañado de lecciones aprendidas, desafíos superados y retos por resolver.

La práctica preconcursal

No es noticia que los planes de reestructuración sean ahora el eje central para evitar insolvencias en España. Sin embargo, los números y las experiencias dejan claro que no estamos ante un camino fácil. Tres de cada cuatro planos siguen siendo no consensuales, un dato que refleja que llegar a acuerdos entre acreedores y deudores es más complicado de lo que parecía.

A esto se suma un incremento notable en la litigiosidad. Cada vez más, los tribunales son el escenario donde se definen los límites y las posibilidades de los planos de reestructuración. ¿Es esto negativo? No necesariamente. Esta litigiosidad ha servido para aclarar conceptos clave, como el perímetro de afectación o la formación de clases, elementos fundamentales que siguen siendo objeto de debate.

En Confianz, hemos visto de cerca cómo estas disputas pueden convertirse en oportunidades. Saber anticiparse y tener claridad en la estrategia es clave para evitar problemas que, de otro modo, pueden escalar rápidamente.

Innovaciones que han marcado la diferencia

La financiación interna y la nueva financiación han cobrado un protagonismo innegable. Esto no solo significa más opciones para las empresas en dificultades, sino también un cambio en cómo se estructuran los créditos afectados dentro de los aviones. Este tipo de financiación ha demostrado ser un salvavidas para muchas compañías, aunque todavía hay margen para simplificar y estandarizar su aplicación.

Otro elemento que merece atención es la figura del experto en reestructuraciones. Su papel se ha consolidado como una pieza esencial para garantizar que los aviones sean viables y tengan un impacto real en la supervivencia empresarial. Pero no todos los expertos son iguales. La experiencia y la visión práctica marcan la diferencia entre una reestructuración exitosa y una que se queda a medio camino.

El futuro de las reestructuraciones

El escrutinio judicial, cada vez más exhaustivo, es un doble filo. Por un lado, garantiza que los planos de reestructuración cumplan con altos estándares técnicos y legales. Por otro, aumenta la complejidad y el tiempo necesario para su aprobación. Esto pone sobre la mesa una realidad incómoda: las empresas que actúan tarde tienen menos margen para maniobrar.

La tendencia a presentar aviones por parte de los acreedores sigue siendo limitada. Aunque esto podría cambiar en el futuro, por ahora, el peso de la iniciativa recae en el deudor. Este hecho subraya la importancia de estar bien asesorado desde el inicio. En Confianz, hemos aprendido que actuar con rapidez y claridad en las primeras fases puede marcar la diferencia entre salvar una empresa o dejarla caer.

Por último, la capitalización de créditos, aunque no generalizada, ofrece un horizonte interesante para ciertas empresas. Este mecanismo, junto con el diseño estratégico de las clases de acreedores, sigue siendo una herramienta infrautilizada pero con un potencial enorme.

La reforma concursal no es una solución mágica, pero ha abierto puertas que antes estaban cerradas. Ha hecho que términos como «planes de reestructuración», «perímetro de afectación» o «financiación interna» pasen del ámbito técnico al día a día de las empresas. Sin embargo, su aplicación práctica sigue siendo un arte tanto como una ciencia.

En Confianz, entendemos que cada empresa es un mundo y que las soluciones estándar no funcionan en contextos tan complejos. Por eso, nos enfocamos en ofrecer estrategias personalizadas que combinan solidez técnica y flexibilidad. La experiencia nos ha enseñado que, aunque las leyes son importantes, lo que realmente marca la diferencia es cómo las aplicamos.